Los niños aprenden con el ejemplo, y los padres somos el más importante, de eso no cabe duda. ¿Por qué no te disculpas? ¿Por qué no lloras delante de tu hij@? Los adultos tendemos a creer que los niños no entenderán lo qué nos pasa, pero no es cierto. Si estoy nerviosa y grito más de lo normal, o salto a la primera, intento calmarme y le digo a mis hijas "Lo siento, perdóname, pero mamá está nerviosa por cosas del trabajo, no tenía que haberos regañado por eso", ¿es fácil verdad? pues la gente me mira como un bicho raro, ¿como pretendes que cuando tu hij@ se equivoque te pida disculpas? Si estoy triste lloro, en ocasiones lloro de emoción, y se lo explico, porque cuando ellas estén tristes, necesitarán contarselo a alguien. Así de simple.
Por eso tenemos que trabajar las emociones de los peques, de forma lúdica, pero natural, sin forzar. Antes os he mostrado como hacerlo con los POU, existen las llamadas piruletas de las emociones (una cara mostrando una emoción pegadas en palos de helado de madera), hay mil recursos.
En internet he encontrado un cuaderno para trabajarlas con los niños, quizá esté más orientada a un aula, pero si lo leéis siempre podéis sacar ideas para ir practicando en casa.
¡¡A DISFRUTAR!!

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